MIGUEL RIOS
Miguel
Ríos: un señor que lleva ya más de 45 años de carrera, que ha sido brecha del
panorama musical en muchos aspectos, que ha sabido adaptarse a cada tiempo y a
cada circunstancia con inteligencia y sin perder nunca la curiosidad, la
inquietud y las ganas de aprender, siendo él a su vez maestro para muchos... A
lo largo de estos años su estilo ha variado desde el rock and roll más primigenio al sinfónico o, en los últimos años, el jazz con big band o el blues¿ Tal
vez el más absoluto representante del rock español? Pues vamos a verlo.
Miguel
Ríos Campaña, nacido el 7 de junio de 1944, es, como todo el mundo sabe,
natural de Granada, y se crió en el seno de una familia humilde en el barrio de
La Cartuja. Nada más acabar los estudios, en los Salesianos, tuvo que ponerse a trabajar. Su
primera ocupación, a los quince años, fue como dependiente en un bar y
posteriormente trabajó como empleado en la sección de discos de unos grandes
almacenes.
Merece
la pena incidir en esto de su origen familiar porque aquí los inicios del rock eran, en buena parte, cosa de
gente con posibles; aquellos que, en una época de economía no muy boyante y en
plena dictadura, podían costearse los instrumentos necesarios y, a su vez,
acceder a la música que llegaba del extranjero a pesar de los controles de la
censura. Miguel consiguió saltar esta barrera gracias a que pasó una temporada
trabajando en el apartado de discos de unos grandes almacenes de la calle Ángel
Ganivet, donde empezó a escuchar a aquellos artistas que le crearían afición,
destacando especialmente Elvis Presley. Empezó a cantar en su tiempo libre y acompañado
de un grupo de amigos, se presentó al concurso Cenicienta 60 de Radio Granada, interpretando "You Are My Destiny" (2:27) 01, de Paul Anka, y ganó.
Despues
de este éxito y con el permiso materno, ya que su padre había muerto unos meses
antes, se trasladó a Madrid en 1960,
cuando sólo contaba 16 años, de la mano de un cazatalentos. Tras una primera
etapa de apuros económicos, el 2 de enero de 1962 grabó
con la compañía Polygram sus cuatro primeras canciones para
un EP, trabajo por el que cobró 3000 pesetas.

Durante ese año graba tres EP más: "Mike Ríos"
(que incluye el "Twist del reloj"), "Mike Ríos Locomoción"
(con "La locomoción", versión del "The Loco-Motion" de Carole
King y Gerry Golfin) y
"Mike Ríos con Los
Relámpagos. ¡Explosivo!" (con "Popotitos",
versión del "Bonny Moronie" de Larry
Williams)
En 1963 comienza a participar en Las matinales del Price, galas de música juvenil celebradas los sábados por la mañana en el Circo Price, y publica un nuevo EP con Los Relámpagos y otros dos ya sin el grupo. En el primero de ellos se incluye "El ritmo de la lluvia", versión del "Rhythm of the Rain" del grupo The Cascades. En esta época participa en un concurso presentado por Joaquín Soler Serrano.
En 1964 graba sus dos últimos trabajos como Mike Ríos. En el primero de ellos, acompañado por el grupo Los Sonor, se inluye "Oh, mi señor" ("O mio signore" de Mogol, Vianello y Mapel).
Para la grabación del tercer trabajo de ese año recupera
por fin su nombre auténtico. En este disco se incluye el tema "Serenata
bajo el sol", escrito por Waldo de los Ríos y para el que vuelven a compañarle
Los Relámpagos. El tema se incluiría al año siguiente en su primera incursión en el cine, Dos
chicas locas, locas junto
con las populares Pili y Mili. Durante ese 1965 graba otros dos EP, en el segundo de los cuales se
incluye "Melodía encadenada" (3:38) ,
versión del "Unchained Melody" de Alex
North, y "Ayer", versión del "Yesterday"
de The
Beatles.
Se
abre ahí una etapa de numerosos sencillos y EP -algunos de ellos con Los Relámpagos como banda de acompañamiento- para
el sello holandés, en los que combina este movimiento con otros estilos de
moda, haciendo especial hincapié en el rock, y que se extiende hasta 1966, año
en que, harto de su situación en dicha compañía decide fichar por la incipiente
Sonoplay. Allí, a pesar de estar la
mayor parte del tiempo de brazos cruzados -solo editó un sencillo, la banda
sonora de la película "Hamelin"
(1968) de Luis María Delgado y que él protagonizaba-, consigue al fin un buen
sueldo y empieza a plantearse una carrera sólida.
Con la
ayuda de su amigo Fernando Arbex, Miguel Ríos empieza a trabajar en nuevas canciones y las presenta a Hispavox, el gran sello nacional de
aquellos años. Les encanta y deciden ficharle, iniciando así sus espléndidos
trabajos junto al glorioso tándem de la compañía, el productor Rafael
Trabuchelli y el arreglista argentino Waldo de los Ríos. El primero de ellos, “Mira Hacia Ti” (Hispavox, 1969), contiene ya algunos de los temas
más significativos de su carrera, como “El río”, “Vuelvo
a Granada”,
etc. Muchas de estas canciones fueron editadas en sencillos y situaron a Miguel
Ríos en un lugar preferente dentro del panorama musical nacional, alcanzando
incluso el nº 1 en las listas.
Pero
ese mismo año, y de nuevo con arreglos de Waldo de los Ríos, llega uno de los
momentos cumbre de su carrera, el archiconocido “Himno a la alegría” (5:00) 04. (una adaptación del último movimiento de la novena
sinfonía de Beethoven). Arrollador éxito internacional en su versión en inglés, “Song of
joy” (4:24) 05, el sencillo vendió más de siete
millones de copias (enumeren artistas españoles que hayan alcanzado dicha
cifra), se situó en las listas de éxitos de medio mundo, incluyendo Estados
Unidos, país donde fue disco de oro y llegó al nº 2; para darnos idea del nivel
de éxito que obtuvo, esta canción permaneció en el top
ten
alemán de julio de 1970 a marzo de 1971. Una barbaridad tal, que muchos ya
tuvieron suficiente Miguel Ríos para toda la vida.
El éxito obtenido, le sirvió como el mismo declararía: «Para
que tomara conciencia de que podía cantar, escribir textos, utilizar la
imaginación y construir algo sólido como un disco».
Así pues, ese mismo año de 1969 publica Mira hacia ti, su primer elepé, en el que se
incluyen los éxitos de sus sencillos con Hispavox más otros temas nuevos.
Con su carrera ya plenamente consolidada, en 1970 publica Despierta y en 1971 Unidos,
trabajos que se mueven en el ámbito del rock sinfónico.
En 1972 ofrece una gira de conciertos que, con el nombre de
Conciertos de rock y amor, suponen el despegue en el país de la infraestructura
necesaria para este tipo de eventos. Fruto de la gira es el disco Miguel Ríos en directo: Conciertos de Rock y amor, uno de los primeros discos en directo grabados en
España y en el que vuelve a las raíces del rock and roll con
temas clásicos que hizo famosos Elvis
Presley como Hound
Dog, Tutti
Frutti y Rock de la
cárcel (Jailhouse Rock), pero en el que también
interpreta por ejemplo Cantares de Joan Manuel Serrat.
. Los conciertos de rock y
amor, que promocionaban la imagen hippie y
pacifista del artista en el ocaso de la dictadura de Franco, sirvieron, además de para extender su popularidad a cada
pequeño rincón del país, para ponerle en el centro de mira de aquellos que
pensaban que ya era hora de dar un escarmiento a tanto jovenzuelo fumeta. Ese
mismo año de 1972 es detenido por
fumar marihuana y,
tras pasar veintisiete días en la cárcel de Carabanchel, es puesto en libertad sin cargos.
En 1974
edita “Memorias de un Ser
Humano” (Hipavox, 1974),álbum de contenido más social que le introduce en terrenos progresivos y que no agrada a la compañía,
deseosa de un nuevo “Song of joy”. Su casa, tras un tira y afloja,
le otorga la carta de libertad para marcharse
y ficha por Polydor, donde continúa su etapa más experimental con álbumes
conceptuales como “La Huerta Atómica” (Polydor, 1976) y “Al-Andalus” (Polydor, 1977), ambos con escasas ventas. El
primero es una suerte de reivindicación anti-nuclear y ecologista -recuerden:
esto ya en 1976, que no estamos en Estados Unidos- y el segundo penetra en el
mestizaje del rock con el flamenco
y los
sonidos de ascendencia árabe; en ese sentido merece la pena mencionar la gira
que al año siguiente y bajo el nombre de La
Noche Roja, producto del patrocinio de una marca de ropa vaquera, organizó
junto a Triana, principal exponente de lo
cultivado en aquel disco. También participaron, entre otros, Guadalquivir -grupo formado por músicos que
tocaron en "Al-Andalus"- o Iceberg.
Fueron
muy pacientes en Polydor con Ríos, del que aguardaban éxitos y llegaban discos
extraños. Por ello, su espera fue recompensada cuando llega la etapa más
significativa del artista, que se inicia con “Los Viejos Rockeros
Nunca Mueren” (Polydor, 1979). Esta etapa se define por un rock claro y sencillo, que por momentos
reivindica sus inicios pero también le pone de actualidad con éxitos evidentes
y recordados. Los mayores de ellos, sin duda, “Santa Lucía” (2:36) 06
(Version en directo y mas corta que el original y aunque sorprenda no es una
canción de Miguel, sino del argentino Roque Navaja), que aparecía en el álbum “Rocanrol Bumerang” (Polydor, 1980) y “Bienvenidos”, tema
dedicado “a los hijos de rock 'n’'roll” y que abre el doble directo “Rock & Ríos” (Polydor, 1982), uno de los grandes eventos de la
historia del rock en España e inicio en el rock con mayúsculas para casi toda una
generación. Y donde destacan temas como “Reina de la Noche”, “Banzai”, o el “Blues del autobús” (3:57) 07
A él
le sigue en esa misma línea la gira de “El Rock de una
Noche de Verano” (Polydor, 1983), con Luz Casal y Leño nada menos que de teloneros; una
gira de macroconciertos que llenó varios estadios de fútbol y en el que el
artista hacía gala de su militancia política y antinuclear. El gran colega, le llaman. No corrió la
misma suerte la gira “Rock en el Ruedo”
de 1985, de la que finalmente se editaría sin embargo un disco
recopilatorio sin demasiada repercusión.
A
pesar de esto, Miguel Ríos está en el cénit de su popularidad musical en España
y se embarca en proyectos televisivos, como “Qué Noche
la de Aquel Año” (3:54) 08
(Ramón Pradera, 1987), programa ideado y presentado por él y con guión de Diego
A. Manrique, en el que repasa la historia del rock español desde 1962 hasta ese mismo
año a lo largo de veintisiete programas repletos de invitados, actuaciones y
colaboraciones que se vieron publicados en dos dobles álbumes. Tanto el
programa como los discos tuvieron un notable éxito y por ello fue galardonado
Miguel con un Premio Ondas.
Ese
año de 1987 debió de ser intenso para Miguel Ríos, pues junto al programa y a
los discos entra en contacto con la
música rock de Latinoamérica y empieza a gestar otro de sus significativos giros. También celebra un multitudinario concierto
en la plaza de toros de Ciudad de México, siendo el primer artista que logra el
lleno absoluto en dicho recinto. Y finalmente, su querida Granada le otorga
la Medalla de Oro de la ciudad.
A esto
le sigue una etapa relativamente discreta del artista y en la que empiezan a
aparecer antologías de su ya extensa carrera y los reconocimientos a la misma
en forma de premios (Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, entre
otros), homenajes, etc. Pero Miguel Ríos no se duerme en los laureles; la
música es su pasión y continúa en una nueva etapa en la que se decanta por el rock latino y más adelante por el swing y el blues. Más que discos sobrios, como se
les suele calificar, son elegantes, con dos temas relevantes: “Directo
al corazón” del
álbum del mismo título de 1990,
último con Polydor y al que siguió un largo período sin publicar nada, y “No voy
en tren”, de “Como si Fuera la
Primera Vez” (Virgin, 1996), el único que editó con esta compañía.
Tras
ello, Miguel Ríos se monta su propia disquera, Rock&Ríos Records, con lo
que consigue un doble objetivo: sacar lo que le dé la gana cuando le dé la
gana, y cumplir un sueño en el que ya llevaba tiempo meditando. Poco antes,
este animal del escenario se embarca en una nueva gira de gran éxito acompañado
de varios amigos, como son Ana Belén, Joan Manuel Serrat y Víctor Manuel. La gira de “El Gusto es Nuestro” (Ariola, 1996) volvió a ser un enorme éxito y les
llevó por todo el territorio nacional y por Sudamérica. Cada uno interpretaba grandes
éxitos del otro, se hacían duetos, etc. Ya había tenido una grata experiencia
en el escenario junto a ellos y otros invitados al colaborar en la gira “Mucho
Más que Dos” de Víctor y Ana.
Como
decíamos, la decantación de Miguel Ríos por el swing le lleva a montar una nueva gira acompañado de una big-band como las de antaño; es su
capricho, un gustazo que se da a sí mismo más allá de su rentabilidad y que a
su conclusión se vería reflejada en un CD -que hizo que fuera más que
rentable-. Vuelve con los socios a continuar la gira de “El Gusto es Nuestro” por
ultramar.
Señalar
que esa gira fue el inicio de un período fecundo que a lo largo de varios años
llevó al artista a un no parar de conciertos y proyectos: a las ya citadas
giras de “El Gusto Es Nuestro” y la que realizó con la Big Band Ríos, sumemos
el disco junto a Ana Belén y la Orquesta Ciudad de Granada interpretando
canciones de Kurt Weill, el álbum “Miguel Ríos y las
Estrellas del Rock Latino” (Rock&Ríos, 2001), que incluye grabaciones junto a
Charly García, Maná, Fito Páez, etc. Y entre otras Joaquin Sabina, con el que
interpretó este “Aves de paso” (4:40) 09
El
álbum recibe el premio de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música
al Mejor Álbum de Rock, premios para los que también son nominados el tema
Corren tiempos perros y el productor Carlos Narea. Además, es nominado para un Grammy Latino como mejor cantante de rock del
año.
En
noviembre de ese mismo año inicia una nueva gira que incluye la última tecnología e incorpora una novedad a nivel mundial, al contar con
colaboradores representados mediante hologramas. Tras recibir el 28 de febrero del año siguiente la Medalla de
Oro de Andalucía, termina en octubre la gira tras actuar en los mejores teatros
de España, México y Venezuela. En el Zócalo (plaza de la Constitución de la
Ciudad de Mexico) de la capital mexicana actúa ante 100.000 personas en el
marco del Festival Internacional del Centro Histórico.
Son
años de intenso trabajo y se hace necesario descansar. El artista decide
retornar a Granada, pero no tarda demasiado en embarcarse en un nuevo disco, “60mp3” (Rock &Ríos, 2004), que en su título remite a los nuevos soportes sonoros, claves en la
confección del álbum, y a su edad de entonces. dedicado al blues, que
recibe el premio al mejor disco de rock
en los Premios
de Música en
España. En el disco colaboran el guitarrista John Parsons y el poeta Luis
García Montero.. En
ese mismo año, y cumpliendo con uno de sus deseos íntimos, Miguel actúa en el Festival de Jazz de Granada junto con la Granada Big Band y el saxofonista norteamericano Benny Golson. También en este año participa en
el proyecto colectivo en homenaje al centenario del poeta Pablo Neruda Neruda en el corazón.Precisamente celebró ese cumpleaños con un concierto junto a la Big
Band de Granada y con Víctor y Ana, Ketama o Raimundo Amador como invitados.
Ya en
2007 presenta un nuevo espacio televisivo en 13 entregas, “Buenas Noches,
Bienvenidos”, con actuaciones en directo -incluyendo la presentación del álbum
de Los Planetas, “La Leyenda del Espacio” (RCA, 2007)- para RTVA y celebra su
cuadragésimo quinto aniversario en la música con una antología audiovisual que
repasa cuarenta y cinco grandes éxitos de su carrera más un DVD con más de tres
horas de material, incluyendo actuaciones inéditas. Son cerca de treinta
álbumes, sin contar numerosos recopilatorios, los que ha editado a lo largo de
su más que prolífica carrera que, por razones evidentes, se vuelve más pausada.
Miguel
Ríos publica en 2008, "Solo o en
Compañía de Otros" (Warner, 2008) que incluye algunos nuevos temas y
pasadas colaboraciones. Entre estos nuevos estaba este “Memorias de la Carretera” (4:42) 10
En
julio de 2009 inicia la gira
correspondiente; para hacernos idea de su talla, el primer concierto de dicha
gira, en Sierra de Gredos (Ávila) dentro del marco del festival "Músicos
en la Naturaleza", convoca nada menos que a diez mil personas, una cifra
que describe claramente la relevancia de Miguel Ríos en nuestra historia
musical. Como ejemplo, convocó a tantas personas como Sting en su primera
edición, y apenas dos mil menos que una (otra) leyenda viva como Bob Dylan.
También
durante ese verano se edita "Bienvenidos:
Un Tributo a Miguel Rios" (Universal, 2009), doble CD en que afamadas
figuras de la música española (desde Serrat a Bunbury, pasando por Rebeca Jiménez (“Reina de
la Noche” (4:42) 11 o Iván Ferreiro) rinden homenaje al artsta
interpretando sus canciones.
Finalmente,
en 2010, Miguel Ríos decide despedirse de los escenarios. Para ello se organiza
una serie de galas al final del verano, con fechas iniciales en Madrid,
Barcelona y Granada que a las que a lo largo del otoño se han ido sumando otras
plazas. No descarta Miguel alguna aparición esporádica, muy ocasional, como
invitado en algún concierto o gala. Aparte, la renuncia es total; quien conoce
su trayectoria sabe que Miguel siempre ha estado despidiéndose, pero, bien
meditada, esta es la definitiva. Como colofón, edita en disco-libro "Bye Bye
Ríos" (Gran Vía, 2010), nombre de la gira, con la toma de sus actuaciones en Granada, con
más de diez mil personas en el público.
Por
ello, este bagaje, intenso y fructífero, responde positivamente y de largo a la
cuestión inicial. Miguel Ríos representa, en su propio estilo y como nadie, la
misma leyenda del rock.
Fuente: Wikipedia.
Fuente: Wikipedia.
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